lunes, 10 de noviembre de 2008

Lechita de Oro

Cualquier mujer de cualquier parte del mundo estará de acuerdo en decir que la Maternidad te cambia la vida. En mi caso me ha hecho ser mejor persona y estos once primeros meses estrenando título de Mamá me han servido para conocerme de tal forma que estoy segura de que ahora soy una mujer nueva.
La Lactancia Materna me ha dado la ocasión de darme el tiempo necesario para estar con mi bebé, abrazarlo, escucharlo, sentir su calor y su olor. Ahora veo a otras mamás con mucha prisa por volver a su antigua vida y yo recuerdo los primeros meses, como algo mágico, llenos de momentos de absoluta intimidad entre él y yo. Creo que en mi caso ésa fué la clave para establecer la lactancia; mi necesidad de estar a solas con él.
Sea cuál sea la causa la elección de la Lactancia Materna es la mejor opción y debería ser la única, exceptuando casos muy puntuales, si no ¿cómo ha subsistido la Humanidad?. Pues bien esta opción debería ser lo que es un hecho natural y no lleno de artificios, de contradicciones y de falsas creeencias como lo es en estos tiempos.
Quiero dejar claro que no estoy en contra de la Lactancia Artificial, pero si estoy a favor de la Lactancia Materna, no sólo como método de alimentanción si no como intercambio de amor entre el bebé y la mamá, pues tiene beneficios físicos y psiquicos tanto para uno como para otro.
Mi padre, dueño de infinita paciencia y amor por los niños, le dice a mi hijo que mi leche son gotitas de Oro y que esa es la razón por la que él está tan sano y tan fuerte. A la sabiduría de un padre me remito.

2 comentarios:

María Hernández dijo...

Como tenemos el mismo padre, doy fe de su "sabiduría" acerca de "las gotas de Oro" que cada día le brindas a tu hijo.
Yo no tuve tanto tiempo para disfrutar de ese lazo de amor increíble que se retroalimenta entre una madre y un hijo, pero sabes lo importante y satisfactorio que fue para mi dar el pecho a tu sobrino.
Me quedo embobada mirando como lo haces con tu niño y me contagias parte de esa paz, serenidad y amor que destila tu "teta", al tiempo, que alabo tu tezón, tus fuerzas y tu determinación para hacerlo.
Por mi sobrino, tu hijo, por mi y por todas las mamás del mundo que decidan intentarlo y perseverar, GRACIAS, hermana.
Muchos besos y ánimo con este blog.

Anónimo dijo...

La verdad es que poco puedo opinar sobre este tema por razones obvias :-)
Sin embargo, no quiero dejar de aprovechar la oportunidad para felicitarte por tu recién estrenado blog. Todos los días se aprende algo nuevo y seguro que aquí, descubriré algo completamente nuevo. Así pues, instrúyenos maestra.
Como dice un proverbio: "Hay más sabiduría escuchando que hablando"
(no pude evitarlo, me salió la vena oriental :-)

Respecto a lo que comentas de tu padre, se me viene a la cabeza otro proverbio africano "La boca de un hombre mayor puede estar sin dientes, pero nunca sin palabras de sabiduría"

Un abrazo del tío postizo de la criatura :-)

Luis