miércoles, 21 de enero de 2009

MATERNAR Y TRABAJAR



Articulo de Laura Gutman:
Solemos creer que maternidad y trabajo son incompatibles. Sin embargo no importa si trabajamos o no. Importa saber si logramos fundirnos en las necesidades de los niños pequeños en relación al contacto corporal, el cobijo, la lactancia, los brazos disponibles, la mirada, la quietud y la presencia durante las horas que sí estamos en casa, incluyendo la noche. Siempre es posible seguir trabajando, si es nuestro deseo o nuestra necesidad, sin que el niño tenga que pagar los precios del abandono emocional. Con frecuencia utilizamos el trabajo como refugio y excusa perfecta para no someternos al vínculo fusional con los hijos. En cambio otras veces nos lanzamos a ese misterioso universo sin tiempo y sin bordes que es el contacto corporal permanente con los niños pequeños, sabiendo que esa hazaña es invisible a ojos de los demás, y que en ese territorio no recibiremos reconocimiento ni apoyo.

El problema no es el trabajo. El problema es la vuelta a casa. Pensemos cuántos minutos por día le dedicamos -de verdad- a la satisfacción pura de nuestros hijos traducida en piel, olor, leche, fluidos, abrazos y palabras llenas de sentido.

Cuando regresamos a casa, el niño que ya nos ha esperado con infinita paciencia siente que, ahora sí, ha llegado la hora de estar con mamá. A partir de ese momento merece ser resarcido, colmado de caricias, tiempo, abrazos y sonrisas y también merece recibir respuestas a sus reclamos legítimos ya que ha esperado estoicamente el regreso de su madre. Si somos capaces de delegar todo lo demás una vez que hemos regresado a casa, si comprendemos que no hay nada urgente más que nutrir a nuestro bebe de caricias y leche, entonces el trabajo no será un obstáculo para el vínculo amoroso entre la madre y el niño.


Leyendo este articulo me reconozco, y es que cada instante de tiempo en el que no estoy trabajando estoy con mi hijo, disfrutandolo y mimandolo.Pero se me hace muy dificil dejarlo todos los días, cada vez más, tenía la esperanza de "acostumbrarme" pero es imposible,además ahora a él también le cuesta más quedarse. Tengo que decir que tengo la gran suerte de que le cuidan sus abuelos y que sé que viendo las circunstancias de muchas madres a mi alrededor no debería quejarme, pero no es consuelo.
Mi hijo se pasa el día rodeado de amor y cariño; el que le damos sus padres y el que le dan sus abuelos en las horas que está a su cuidado, también sus tías, sus tíos y sus primos, e incluso los vecinos que adoran a mi pequeñin.Pero en el fondo yo siento que le estoy fallando por no estar este tiempo con él, por eso cuando no trabajo solo me dedico a él para compensar, pero no es lo mismo.
Quizás siento todo esto porque soy hija de una mamá trabajadora y muy luchadora y hoy por hoy le agradezco todo lo que ha hecho por nosotros pero en su momento recuerdo haberme sentido perdida y con la sensación de que nos faltaba tiempo para compartir. No debo ser desagradecida porque esa circunstacia me ha formado como la persona que soy, me hizo crecer algo más rápido y ser más responsable y muy independiente. Lo curioso de la vida es que todo el tiempo que no me dió a mí se lo está dando a mi hijo y eso me llena de tranquilidad y satisfacción porque él es lo que yo más quiero y sé que está en muy buenas manos cuando yo falto de su lado.Gracias mamá.

Me encantaría no tener que trabajar para cuidar de mi hijo, me encantaría poder darle un paseo por las mañanas y dormir juntitos su siesta, me encantaría no tener que retener mi amor hasta que llega la hora de vernos, pero a pesar de todo reconozco que podría ser mucho peor, así que seré una mamá trabajadora.

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