sábado, 13 de febrero de 2010

TERRORES NOCTURNOS

Este artículo lo encontRé hace unos meses en Bebes de Alta Demanda y para mí fué la salvación, porque Guillermo sufre terrores desde los 6 meses más o menos. Su padre y yo tardamos bastante tiempo en darnos cuenta de que en realidad estaba dormido y es que entre tanto llanto y pataleo nunca se nos ocurrió pensar que podría no estar despierto. Llegamos incluso a comentar que cómo era poible que se despertara por la noche si ese día no había hecho siesta y tendría que estar muy cansado o después de un dia de mucha actividad también le solía pasar. Yo he llorado y mucho mientras lo sostengo para que no se haga daño, pues se tira contra lo que sea y nos grita y nos pega y luego abre los ojos y es un angelito que se sorprende de vernos allí.Normalmente no suelen durar mas de 20 minutos.
Bien pues aquí les dejo el artículo que hizo que me comprara el libro de Rosa Jové Dormir sin Lágrimas y que ha hecho que desde hace unos tres meses ya no haya tenido más terrores, sólo con controlar sus siestas.


Los bebés y niños de alta demanda (BBAD) suelen presentar episodios de terrores nocturnos desde edad temprana (6-7 meses) pues durante el día se resisten a dormir o duermen poco, llegando demasiado cansados a la hora de acostarse por la noche. Los BBAD se niegan a parar la actividad que están realizando para descansar, sin darse cuenta de su cansancio y del malestar que les provoca no dormir. Algunos llegan a la noche muy acelerados e irritados por no haber dormido suficientes horas durante el día. Es por esta razón que es muy tentador para los padres de un altodemandante evitar la siesta aunque esto suponga un problema añadido en la noche: los terrores nocturnos.



La principal causa de los tan angustiosos (angustiosos para los padres, inocuos para los hijos) terrores nocturnos de los niños es el retraso excesivo de la hora del sueño. Es decir, acostarse demasiado cansado. Así pues, no es buena idea suprimir las siestas precozmente o radicalmente.

Qué desencadena los terrores nocturnos
Así como explica la psicóloga Rosa Jové en Dormir sin lágrimas, “el mecanismo que provoca este trastorno es la imposibilidad de aligerar el sueño de una forma normal en la fase profunda del sueño”. En ocasiones, el sueño profundo en los niños es más profundo de lo habitual porque el niño ha descansado poco durante el día y es durante las primeras horas de la noche -cuando se produce el sueño profundo- que nuestro cuerpo se recupera de su cansancio. Un adulto si se encuentra muy cansado, al dormir, alarga esta fase, pero en los niños esta fase no sólo se alarga sino que también se hace más profunda con lo que es más difícil el aligeramiento. De ahí los terrores nocturnos.

Características de los terrores nocturnos
Este trastorno es frecuente entre los 2 y 5 años y desaparece con la edad. Los terrores se producen en la primera mitad de la noche. Pocas horas después de irse a la cama, sin despertarse, el niño se incorpora gritando, llorando muy agitado, reflejando pánico en la mirada, sin fijarse en nada concreto. En este estado, no reconocen a nadie y pueden llegar a levantarse. Al cabo de 10-20 minutos, se queda dormido o se despierta completamente. No se acuerda de lo sucedido.

Qué podemos hacer ante un terror nocturno, según Rosa Jové
1. Prevenir. Acostar a los niños descansados y tranquilos.
2. Permanecer junto a él de forma discreta para evitar que se haga daño o por si se despierta confuso, tranquilizarle. Es preferible que no intentar cogerle porque suelen rechazar el contacto físico.
3. No intentar despertarle pues romperíamos su ciclo de sueño o desorientarle o asustarle. Él no recordará nada si no le despierta y al cabo de 10 minutos volverá a quedarse dormido.
4. No preguntar durante el día sobre lo ocurrido, porque su hijo no podrá responder ya que no se acuerda y porque puede crearle angustia saber que algo raro le ocurre por las noches.
5. Si su hijo se da cuenta de que algo le pasa por la noche explíqueselo con naturalidad: es un fenómeno sin importancia que sucede mientras dormimos, como un calambre o una sacudida. Él no tiene la culpa y se le pasará.
6. Despertares programados. Si el niño se lesiona o los terrores son muy frecuentes, se pueden probar los despertares programados.



Fuente: Dormir sin lágrimas de Rosa Jové

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