lunes, 27 de julio de 2009

EL CRISTAL CON EL QUE MIRAS


Todo en esta vida depende de cristal con el miras.
En mi caso, estoy viendo y viviendo la maternidad con el cristal de la crianza con apego y creo que éste es el camino, por lo menos mi camino.
Como otras muchas veces he dicho, mi instinto ha sabido darme casi todas las respuestas y debe ser que no lo tenía muy oculto pues lo escuché nada más nacer mi hijo.
La otra tarde estaba comprando unas chucherías(salsas, albóndigas y demás) en un establecimiento de mueble suecos, ya sabes cual es? bien pues, llegó una madre con sus dos hijos uno de unos 8 ó 9 años y el otro de 5 ó 6 más o menos y les compró un perrito caliente a cada uno. Salieron de la tienda, con algo de prisa y como es de suponer al pequeño que ya le faltaba mano para abarcar su perrito se le caía a pedazos al suelo, mientras su hermano comía sin parar. entonce su madre los miró y al ver que al pequeño se le caía el pan, le colocó la salchicha dentro de lo quedaba de bollo por lo menos dos veces, pero siempre increpandole que lo estaba tirando todo y con malos modos. Al final terminó por darselo ella, eso sí sin parar de caminar. No sé bajo que circunstacias pasaba eso, ni que clase de prisa tenían, no juzgo lo que hacían. Pero me pareció curioso pues usando la empatía que me caracteriza no podía dejarme de sentir mal por aquel niño al que su madre le decía todo el rato que no sabía comer y que lo estaba tirando todo, para terminar de darselo ella como si el fuera un bebé. Hace un año y medio no hubiese visto nada de raro en esa situación pero hoy por hoy lo ví con los ojos de ese niño y con el corazón de madre.
Cuando llegué a casa le pregunté a mi marido si había visto la situacón y me dijo que se dió cuenta de algo, le hice un resumen y le pregunté ¿qué harías tú en su lugar? y me contestó qutarle el perrito si no se lo quiere comer.......RESPUESTA INCORRECTA. El niño en cuestión deboraba su comida, a su ritmo, estaba disfrutando de cada bocado. ¿Qué huebiese hecho yo? pues sentarme en cualquier lugar y esperar a que mi hijo se lo coma, pero eso no quiere decir que sea la respuesta correcta....es mi respuesta.
Ayer en el parque un padre estaba con su hija de unos 6 años, a la niña se le llenaron sus tenis de arena y le pidó al padre que se la quitara. Como es lógico al cabo de 10 minutos estaban otra vez llenos de arena y la niña se lo volvió a pedir a su padre y el lo hizo pero le digo como unas tres veces seguidas; ay que ver, que no haces más que llenarte los tenis de arena. Aquí tienes dos opciones, seg´ñun mi criterio o quitarle los tenis o quitarle la arena tanta veces como sea necesario, ahh bueno y una tercera opción no llevarla a parques que tengan arena. Pero en ningún caso deberíamos hacer sentir culpable a esa niña por llenarse los tenis de arena, ella estaba jugando no llenando sus zapatos de arena.............
No tengo las claves para criar a un hijo correctamente, quizás porque no creo que eso exista, ni digo que todo lo que hago esta bien. Pero si es cierto que intento cuidar las cosas que le digo a mi hijo, intento no ponerle etiquetas y sobre todo muchas veces pienso en él como un adulto y no como un niño, pues no entiendo porqué porque sean niños tienen que aguantar toda clase de comentarios, muchos de ellos hirientes; eres un bicho, eres un golfillo, no sabes hacer eso, dame eso que yo lo hago que tú no sabes, eres un mimoso, dejame tranquila, etc.....
Ese ser tan pequeño y tan inocente nos puede enseñar más de lo que podamos aprender en toda una vida pues desde que nace sabe lo que quiere y lo que no y sobre todo nos acepta y nos ama tal y como somos. Imaginaos que nuestros hijos nos dijeran todo lo que hacemos mal csda día.................sólo lo harían para que aprendieramos........
Por último y no me enrollo más, quiero agradecer a mi instinto por gritar tan fuerte que lo pude oir, para poder establecer la lactancia, por practicar el colecho desde el primer minuto, por hacer que vea a mi hijo con "otro cristal" para mí desconocido hasta ahora, por ayudarme a decidirme a tratarlo en cuerpo y mente con medicinas alternativas y sobre todo porque gracias a él, a mi instinto, estoy disfrutando de la maternidad a cada segundo y porque nunca creí que se pudiera amar tanto en una sola vida.

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