Se hace grande, pero no pierde, por suerte para todo el mundo, su sonrisa. Esa sonrisa que ilumina a quien tenga al lado. Su nobleza lo caracteriza, y su fortaleza es grandiosa.
Veo poco a poco, como va dibujando el hombre que será y realmente no puedo sino sentir que mi corazón se llena de amor y admiración, porque él es mi gran maestro.
Querido hijo, FELIZ CUMPLEAÑOS. Te deseo una muy feliz y dichosa nueva vuelta al sol.
TE AMO. ERES MI LUZ
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